Hacer la transición del calzado convencional al calzado respetuoso no siempre es tan sencillo como podemos imaginar. Cuando usamos un zapato barefoot, es decir, que permite caminar como si fuésemos descalzos aunque nuestro pie vaya protegido, descubrimos una experiencia nueva y diferente, pero a la que cuesta acostumbrarse en los primeros compases de la actividad.
La transición del calzado convencional al calzado respetuoso en 4 fases
Ajustar nuestro pie al calzado minimalista exige que la transición se haga en una serie de fases. A continuación, como expertos que somos en este aspecto, nos gustaría explicar cuáles son y qué hay que hacer en cada una de ellas. ¡Síguenos!
Tu cuerpo necesita tiempo para la transición. ¡Tómalo con paciencia!
Pasar del uso de calzado convencional a calzado minimalista no es siempre fácil. Recordemos que, si durante muchos años hemos utilizado zapatos convencionales, muchos de los músculos y puntos de presión del pie estarán acostumbrados a ellos, por lo que han actuado como armaduras sobre nuestra extremidad, limitando su movimiento natural.
Es decir, el calzado convencional ha ido convirtiendo nuestro pie en una parte del cuerpo más débil y con ciertas deformidades. Luego, de repente, queremos una transición rápida a un zapato que le libera de esas ataduras, y que por lo tanto exige un cambio que no puede ser brusco, sino progresivo, para que ciertos músculos y puntos clave de la extremidad retomen su fuerza, su forma de andar natural, provocando ciertas presiones en partes clave que pueden ser molestas durante un tiempo.
Por lo tanto, el cambio ha de ser lento y progresivo. Ve usando estos calzados durante un rato cada día y, de forma gradual, amplía el tiempo que los utilizas hasta que veas que tu cuerpo se va acostumbrando.
En los primeros usos, utiliza calzado respetuoso o barefoot durante unos 30 minutos por día, y sigue así a lo largo de dos o tres meses, ampliando el tiempo cada vez más hasta que los puedas portar durante toda la jornada.
Puede ser también que sientas dolor. En el tendón de Aquiles, en los tobillos… Si este es tu problema, no abuses, pues podrían acabar lesionado. Por tanto, en los primeros compases de la transición del calzado normal al calzado minimalista, si te duele, reduce el tiempo de llevar puesto el zapato barefoot y acude a un podólogo actualizado.
Examina tu forma de caminar
Tu forma de caminar natural se pierde a medida que utilizas zapatos convencionales. Se debe a que el uso de estos calzados con punteras estrechas y suelas gruesas que eliminan el contacto con el suelo y debilitan la planta de nuestro pie.
De pronto, volver a caminar sintiendo cada efecto y cada estímulo que nos envía el terreno pisado es un gran cambio para nosotros. Y a eso sumamos que la movilidad de toda la extremidad varía, pues se amplía gracias al zapato minimalista. Es decir, será una transición muy potente.
Sea como fuere, hemos de hacer un estudio de la forma de caminar, pues ha variado y se ha alejado de su fórmula natural y originaria. Es decir, nuestro cuerpo tiene que volver a aprender a andar de manera común, y ese no es un proceso sencillo ni corto, de ahí la necesidad de paciencia, pues este es un paso clave en la transición del calzado normal al calzado minimalista.
Con tu cuerpo funcional mejorará tu vida
Sabemos que la transición del calzado convencional al calzado respetuoso no es sencilla ni rápida. Pero, si lo vemos de forma adecuada, y si lo hacemos siguiendo estos consejos, verás que, a medida que tu cuerpo se vuelve más funcional, también mejora tu vida.
Decían antaño los romanos aquello de mente sana en cuerpo sano. Este es un caso parecido, pero adaptado a los pies. De pronto, nuestro cuerpo y nuestras plantas van a recibir una información olvidada durante muchos años, y esa información hará que mejore nuestra fuerza, nuestra postura corporal y movilidad y, en definitiva, nuestra vida al completo. Nos sentiremos como niños que descubren algo por primera vez, y eso es muy emocionante y emotivo.
Elige tu primer par de zapatos respetuosos ahora mismo
Dicho esto, y sabido cómo hacer la transición del calzado normal al calzado respetuoso, llega el momento de comprar tu primer par de zapatos barefoot. Por eso te invitamos a que accedas a nuestro catálogo. De hecho, si lo haces con tus hijos, verás cómo mejora su caminar y su capacidad de movimiento poco a poco hasta que ya no pueda calzar otro tipo de prendas en sus pies. Una vez se empieza, no hay vuelta atrás.